Ejercicios efectivos:

1.  Preguntate: ¿qué haría con XXX (tu tema a decidir) si no hubiera imposibles?

2. ¿No estoy tomando la decisión por complacer a otros?

3. ¿Qué sentiría mi alma si decido hacerlo?

4. ¿De qué recursos (tangibles e intangibles) ya dispongo para tomar esta decisión? (por ej: tengo el tiempo, tengo el dinero, tengo las ganas, tengo la motivación)

5. ¿Qué recursos me faltarían para sentir más seguridad al tomar esta decisión? (Por ej: una conversación con X persona, pedir ayuda a alguien, elegir quién se hará cargo de alguien que depende de mí en los horarios que lo haga, conseguir un préstamo)

6. Beneficios vs Desventajas: separa una hoja en dos columnas y tomá nota de los beneficios que te daría tomar la decisión y las desventajas de tomarla; en la misma tabla hace lo mismo, pero con los beneficios y desventajas de no tomarla.

7. No pidas muchas opiniones ajenas: si necesitás conversar con alguien sobre esta decisión, hacelo con esa persona que sabés que será objetiva, pero que te alentará. La mayoría de las personas que te rodean, aunque te amen, quizás nunca se atreverían a lo que vos querés atreverte y te dirán que es una locura, que no es el momento, que en este país eso no es posible, que antes lo hiciste y te fue mal. A esas personas no les cuentes tu idea hasta que ya esté en marcha o, incluso, concretada.

8. Atención a tu propio boicot mental: tu cerebro (por naturaleza e instinto de supervivencia) querrá mantenerte a salvo de riesgos y, al igual que tus seres amados, te propondrá pensamientos de escenarios catastróficos para que no tomes la decisión (que es una locura, que no es el momento, que en este país eso no es posible, que antes lo hiciste y te fue mal). Hackeá tus pensamientos con el efecto click que te enseño en el punto 9.

9. Efecto click: cada vez que te pesques en un  diálogo interno de pensamientos catastróficos, da un chasquido con los dedos, una palmada o usá una pulsera con un cascabel y sacudila. El sonido dirruptor te ayudará a AUTO-OBSERVAR lo que te estás diciendo, porque sólo si lo ves lo podés transformar. Y a continuación hace lo que sigue en el punto 10.

10. Transformá la frase que te estás diciendo en una pregunta de posibilidad Y NO LA RESPONDAS (lanzala al Universo). Por ejemplo: si te estás diciendo “No me alcanza la plata para esto”, pregunta: “¿Qué energía requiero ser para lograr esto con facilidad?” o “¿Qué más es posible para que recibir dinero sea increíblemente simple? Muchas veces concluímos que el dinero tiene que llegar sí o sí de nuestro salario o de nuestro esfuerzo, pero ¿qué tal que encontrás dinero en un bolsillo de la ropa de invierno, o alguien te devuelve lo que le prestaste o se te ocurre vender algo que hace años no usás?

Cuando hacés preguntas y no las respondés, dejás espacio para que tus mapas neuronales encuentren oportunidades diferentes de las de siempre.

• Me ha encantado compartir con vos estos secretos. Son los que yo uso cuando tengo que tomar una decisión complicada. Pero quiero contarte que de tanto hacerlo, las decisiones me parecen cada vez más fáciles. Es más, soy decididamente decidida y muchas veces me lanzo al vacío aún con la incertidumbre de no saber si resultará. A veces no resulta. Pero la mayoría de veces supera los resultados.

• Durante el último año he asesorado en sus Emprendimientos y Proyectos a más de 150 Emprendedoras, Profesionales y Líderes (artesanas, abogadas, arquitectas, Coaches, Contadoras, vendedoras de productos), acompañándolas en romper con sus patrones mentales limitantes y a aplicar estrategias concretas de Redes Sociales.

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